Hace tiempo y por casualidad, nos contaron una preciosa leyenda que tenia relación con nuestra finca, con nuestra casa, como todo este tipo de historias tendrá su parte real y su parte de leyenda, pero lo que si es verdad que a día de hoy y después de casi mil años algunos elementos de esta leyenda existen y tienen relación directa con lo que nos cuenta esta bonita historia de amor.
Cuenta la leyenda que le Walyd de Córdoba en uno de sus viajes por los reinos de taifas se hallaba atravesando la "Ma ancha" o "Tierra sin agua" cuando llego a una población llamada "Villa de silos" (Mascaraque) allí se detendría para refrescarse y descansar. A las afueras del pueblo el joven Walyd se encontró una mujer bellísima con un cántaro de agua, ella muy amable le ofreció de beber, en ese momento al mirarse a los ojos surgió una gran atracción entre ellos que les cautivaría para la eternidad.
Mientras el califa estuvo por estas tierras, la cristiana no perdía oportunidad de escabullirse de su marido para reunirse con el Walyd, quien siempre la esperaba en el mismo sitio, el lugar donde se conocieron, una piedra junto a una vereda a las afueras del pueblo, allí vivían su idilio de amor.
Poco a poco los rumores levantaron a gran parte del pueblo en su contra, fue repudiada, golpeada y maldecida por su esposo, y de esta manera expulsada del pueblo, la cristiana al verse sola fue a refugiarse al castillo de Almonacid que estaba gobernado por un Musulmán quien al enterarse de lo sucedido, mando un rápido emisario a Córdoba, en donde el Walyd al enterarse regreso de inmediato.
Al llegar lo primero que hizo es construir una fortaleza en "Villa de Silos" para proteger a su amada , custodiada a sus lados por los castillos de Mora y Almonacid, con los cuales según cuenta la leyenda construyo pasadizos subterráneos ,además protegió sus puertas y torres colocando como protección los "Pentáculos de Salomón" muy efectivos para toda clase de maldiciones.
Según cuentan antiguos escritos el Walyd vivió la más bella historia de amor jamás contada entre un Omeya y una cristiana. Al morir los dos después de muchos años allí en el lugar donde nació este gran amor, broto un rosal símbolo y testigo de esta gran historia de amor.
Elementos como los Pentaculos de Salomón en el castillo de Mascaraque , que supuestamente según esta leyenda fue construido por el Omeya para su amada , ademas historicamente el camino de nuestra casa , siempre se ha conocido como camino del rosal , tanto es así que nuestra finca siempre ha sido «el Rosal» y según testimonio de personas muy mayores junto a nuestro pozo , una gran piedra «llamada la piedra del Rosal».
Nos pareció bonito , poner en valor esta antigua leyenda y recogerla en una placa de cerámica , que hoy luce a la entrada de nuestra casa , y en la que crece un rosal rememorando el amor eterno del Omeya y la cristiana.
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